"EL MAYOR ERROR"
Sobre pobreza y exclusión
Con
frecuencia, se oyen, referidos al colectivo de personas sin hogar y a otros que sufren así mismo las consecuencias
de la pobreza económica o la exclusión, comentarios que los asocian sin
fundamento, con la vagancia o las habilidades personales de salir adelante.
Quizá este sea el mayor error que podemos estar cometiendo de cara al proceso
de erradicación de la pobreza. Al margen de las políticas sociales más o menos
adecuadas, que también en este sentido hay cosas que mencionar, existe un elemento
esencial y determinante para estas personas y a su vez un elemento esencial y
determinante, para la orientación adecuada de las políticas: La identidad
personal. La identidad personal, es entendida
como aquella visión que los individuos poseen de sí mismos y que se genera a
partir del reconocimiento de ésta por parte del entorno social.
Si
trabajamos con y sobre este concepto lograremos enfrentar a pobreza que es a la
vez causa y consecuencia de la exclusión social. Es causa porque la constituye la máxima expresión
de los resultados de un proceso acumulativo en el tiempo de exclusión social y
es a la vez consecuencia, de sus formas más extremas si cabe, porque enquista
la pobreza configurando así una nueva pobreza diferente a la primera, más grave
y difícil de superar. De modo que cuanto más tiempo pase en la calle una persona,
más estará condenado a sufrir las consecuencias que ello implica, ruptura de vínculos,
creación de estrategias de supervivencia al margen de la sociedad…y más difícil
será por consiguiente la superación de esta situación.
La
identidad personal juega un papel determinante en ambas direcciones,en la primera porque prevenimos la pobreza al contribuir a la no exclusión y en la segunda por que evitamos que ésta se perpetúe. La identidad no puede ser desarrollada sino sobre la base de las
relaciones interpersonales. Por ellos es necesario entender las consecuencias
que la pobreza tiene sobre ella: la pobreza lleva a la exclusión y la exclusión
lleva a la pobreza y entendemos la exclusión
como aquellos límites que impiden la participación de los ciudadanos dentro del
contexto social, por tanto si no hay interacción con el entorno, la
identidad se pierde, deja de configurarse, el individuo termina por aislarse
como consecuencia de la ruptura
con los vínculos sociales en una sociedad en la que ricos y pobre tienen
posiciones tan diferentes
Sobre
esta realidad es sobre la que debemos trabajar ciudadanos y profesionales. Debemos
empoderar y romper con la brecha de ricos y pobres, dejar de mirar por encima
del hombro o hacer invisibles a aquellos que pasean a nuestro lado, debemos
integrar, debemos contribuir a mantener su condición de ciudadanos para conseguir que pobreza y exclusión no se dispongan como la pescadilla
que se muerde la cola y evitar así que
se perpetúe la situación de aquellas personas que cargan con la otra cara de la
moneda.
Laura García Palomo
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