sábado, 1 de junio de 2013

Violencia de género reflexión personal (Entrada 6)



REFLEXIÓN PERSONAL 

Una vez expuestas las anteriores entradas sobre violencia de género y todas sus manifestaciones y formas, vamos a realizar una reflexión basándonos en todas ellas.

En primer lugar, hemos podido comprobar que la violencia de género no aparece de repente, es decir, que suceden una serie de hechos que, de forma gradual desembocan en este tipo de agresiones y maltrato psicológico. Como hemos observado, el maltratador comienza a atacar psicológicamente a su pareja, convirtiéndola en una persona insegura, que se siente culpable de todo y consigue que su autoestima acabe por los suelos. Una vez llegado a este punto, en el que la víctima se vuelve totalmente dependiente del agresor (incluyendo el ámbito económico) comienzan las agresiones. Una vez que se ha producido la agresión, el maltratador siente un gran remordimiento y, la víctima al percibir este sentimiento suele autoconvencerse de que, no volverá a ocurrir.


Basándonos en esto, hemos llegado a la conclusión de que, salir de esta situación no es fácil debido a dos factores principales: La dependencia que ha desarrollado la víctima hacia su pareja y, la manipulación que ésta ha sufrido durante muchísimo tiempo que provoca que no quiera dejar a su agresor. Otro factor que adquiere una gran importancia es, el miedo de las represalias que pueda tomar el agresor hacia ella o, hacia cualquier otro ser querido, porque a menudo se producen graves amenazas por parte del maltratador hacia ella o hacia algún tercero.

En segundo lugar, queremos destacar que, actualmente, existen muchos más mecanismos de ayuda hacia las mujeres que sufren de violencia de género. A parte de poseer un teléfono específico de ayuda, el 016, se establecen medidas de protección como la orden de alejamiento, las denuncias por violencia de género, además de instituciones para el apoyo y la ayuda de las víctimas de maltrato. 

Por otro lado, nos hemos dado cuenta de que la víctima no suele contar con el apoyo que le brindan amigos y familiares, debido a la manipulación que sufren, la cual hemos explicado anteriormente con detalle. Esto es un factor que creemos determinante ya que, si aceptasen la ayuda y consejo que les ofrecen sus seres queridos, contarían con un gran apoyo moral y una importante protección y ayuda. La situación,  hemos comprobado que se vuelve más difícil cuando existen hijos ya que, la víctima está más unida al agresor y tiene más miedo por lo que pueda sucederles a estos.

Por tanto, con la realización de estas entradas hemos concluido que el maltrato hacia la mujer, aunque se ha reducido en estos últimos años, sigue existiendo y que la mejor forma de combatirlo que tienen las víctimas es, denunciar a su agresor y contar con el apoyo y el consejo que le ofrecen sus amigos y familiares. Hemos podido analizar la importancia del maltrato psicológico que, aunque no se aprecia tanto como el físico es igual de dañino porque consigue convertir a la mujer en dependiente de su agresor y acabar con toda su autoestima y seguridad. Normalmente el maltrato se relaciona con agresión física de cualquier tipo pero, no debemos olvidar que no solo estas acciones son maltrato, los insultos, las humillaciones, las amenazas, el acoso, la violación, etc. también son métodos de maltrato hacia la mujer que pueden llegar a hacer el mismo daño.

Con la realización de estas entradas hemos aprendido lo qué es el maltrato, lo que conlleva y las distintas maneras en las que este puede manifestarse. Todos nosotros debemos concienciarnos y no pensar que “Esto no nos va a pasar a nosotros” o “Estos casos son muy poco numerosos” porque no es cierto. Estas situaciones ocurren a cualquier tipo de mujer, sea de la clase social que sea y no debemos olvidar que, con nuestra ayuda, pueden acabar con su terrible situación.

Por último, dejamos el enlace a una página web que aporta ayuda e información para las mujeres que sufren violencia de género perteneciente al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad:




Sandra Campillo Romero e Irene Castro Cumbreras
2ºA Trabajo Social.

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