domingo, 2 de junio de 2013

DIVERSIDAD FUNCIONAL Y SEXUALIDAD.



La actitud social ante la sexualidad tiene una mayor importancia de la que cabría imaginar. Vivimos en una sociedad donde cualquiera se siente con el derecho de opinar, sentenciar y enjuiciar lo que es “normal” y “adecuado” ante cualquier tema y la sexualidad a pesar de su carácter íntimo, no es una excepción.

¿SE CONSIDERA “NORMAL” O “ADECUADO” LA SEXUALIDAD EN LAS PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL?

Desde nuestro punto de vista consideramos que la sexualidad no debería ser un tema tabú, no solo en la sociedad, sino con las personas que tengan alguna diversidad funcional. Además, el principal objetivo de las familias o educadores de estas personas es intentar normalizar su vida en todas las esferas. ¿En todas? La sexualidad acaba normalmente por dejarse de lado, por no tenerse en cuenta, muchas veces por el miedo a poder estar abriendo una caja de Pandora que libere intereses y deseos que se piensan dormidos, incluso aparece el temer que surjan preguntas incómodas para las que no se tienen respuestas.

En primer lugar, consideramos necesario que estas personas aprendan a conocerse, a saber cómo son y cómo funcionan. También es importante que conozcan al sexo opuesto, y saber no sólo a cual pertenecen sino las diferencias. Este punto es importante para aquellos que tienen discapacidades intelectuales o sensoriales, ya que serán los que más dificultad tengan en conocerse.

Además, es importante que aprendan a aceptarse. Punto fundamental para las discapacidades físicas y mentales. Se les debe concienciar que ellos también son hombres y mujeres, y que incluso pueden abrirse a la sexualidad, que no es algo prohibido para ellos. Para que se produzca esta aceptación, primero han tenido que pasar por el paso del propio conocimiento

Los derechos sexuales son derechos humanos fundamentales y universales.
De estos extraemos que cada persona, al margen de tener alguna discapacidad, tiene derecho al libre acceso a la información necesaria sobre la sexualidad, y lo que es más importante, cada persona tiene derecho a la expresión de su sexualidad.

Al igual que se realizan actividades orientadas a la educación sexual a adolescentes, estas actividades deberían adaptarse a las necesidades de las personas con diversidad funcional, para que así también disfruten de una vida sexual plena y segura.

Bobuiché Maho, Concepción.
Domínguez Sobrini, Paula

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